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Golbornizados

Con británica precisión, el Honda gris que traslada al titular de Obras Públicas se estaciona a la hora acordada en la punta norte del sector La Terraza de Cartagena.

Faltan minutos para el mediodía.

Haciendo honor a su capital político, baja con el pie derecho e inmediatamente es abordado por el Gobernador Provincial de San Antonio -Mauricio Araneda Atenas (UDI)- y el alcalde Jesús Cartagena García (Independiente, ex PDC).

Ambos serán los anfitriones del personero más popular del gabinete.

Una alumna de un colegio local lo entrevista para un concurso de periodismo.

Ha pasado un año y medio desde que su predecesor Hernán de Solminihac y la ex vocera Ena Von Baer anunciaran una millonaria inversión para remodelar el tradicional paseo costero.

Ni su avanzada comunicacional o sus asesores parecen preocupados por la diferencia verbal contenida en el discurso de Golborne y que define la intervención como un trabajo de “restauración”, depreciando el perfil de los titulares y primeras planas del verano del 2011.

Los mil 140 millones de pesos dispuestos para la iniciativa no son prioridad para las cerca de trescientas personas que también recorren el trayecto entre Playa Chica, dos terrazas -que sirven para el acto oficial y un punto de prensa- y Playa Grande.

La utilidad tecnológica cobra especial sentido; no importa el pixelaje de las cámaras o aparatos celulares. Todo sirve a la hora de retratarse junto al propietario del 7% que la CEP le asignó en el sondeo de mayo de este año.

La marcha es lenta; son pocos metros promediales por minuto los que camina sin ser interrumpido por una cosmopolita oleada de personajes divididos en dos bandos claramente diferenciables para cualquier fisgón, aunque no necesariamente para el ex biministro.

Con simétrica alternancia, el primer grupo está compuesto por personas comunes y corrientes, alentados inocentemente sólo por la fama y el halo de éxito que enfunda al jefe de la cartera de Obras Públicas.

Imposible resistirse al sacro estoicismo que domina para fotografiarse con todos. Hay besos y abrazos. La mayor parte de su fan club combina mujeres sin distinción etárea. Hay tiempo para cruzar palabras, conocer historias y derivar decisiones a quienes le asisten.

Probable herencia de su expertiz gerencial en el mundo privado, Golborne sabe que la solución no está en la imagenología de resolver sino en trabajar con equipos efectivos para entregar salida a las inquietudes, sin importar su naturaleza.

Un vendedor de palmeras con varios años en el cuerpo, dirigentas vecinales y niños se acercan al personero desprovistos de toda timidez. Les importe o no, nadie recuerda su presidenciabilidad. No hay mensajes reservados al oído, códigos encriptados o pancartas alusivas al factor 2014.

Buen alumno del marketing, una capacidad muscular mandibular única o la genuina simpatía de un paladín convincente, el protagonista del día no borra una sonrisa ancha y alegre en su rostro.

Un segundo clan es menos cándido y actúa poseído por una sobreexcitación previa al orgasmo electoraloide.

Sin filtro, precandidatos, candidatos, autoproclamados candidatos, independientes e incluso otrora desertores del bloque RN - UDI abusan despiadadamente de los equipos comunicacionales de la cartera ministerial.

Con una desprolijidad impresionante arriesgan el mercado futuro al buscar la foto que pueda usarse potencialmente para sus campañas.

Codazos y puntapiés se transforman en legítima fórmula para dejarse capturar por cuanto lente u obturador los flashee junto a Golborne.

Una primera parada es el acto oficial.

Antes de aproximarse al podium, las fotos con el mar de fondo son un tesoro.

La Secretaria de Renovación Nacional Comunal San Antonio -Paola Zamorano Arratia- arremete con una pregunta a viva voz sobre el perfil presidencial de Golborne. La sonrisa se mantiene y la respuesta no es distinta a la manifestada en los últimos meses.

Zamorano Arratia graba lo que pretendía se transformase en un valioso momento de su improvisada performance como reportera ciudadana.

Ya anunciado el inicio de la ceremonia -parapetados cual pétreos monolitos a la oportunidad entre las autoridades que por lógica protocolar o pertenencia territorial deben flaquear al secretario de Estado- se suman la candidata UDI a la alcaldía del El Quisco -Rous Rauld Dercolto- el precandidato a Concejal de RN por San Antonio, Alex Tobar Salas y Luis Núñez Berríos, Concejal RN por Algarrobo.

Cual botín, durante la jornada comparten en las redes sociales las imágenes para acreditar su presencia y/o coyuntural “cercanía” con Golborne.

Un resultado común de cada captura fotográfica es la “lordosis” de algunos cuyo desarrollo pectoral -al borde del desgarro- ha convergido en una dramática grosería fisonómica.

En su saludo al jefe comunal, Golborne hace gala de un elegante poco apego a la formalidad enviando un mensaje con evidente lectura entre líneas.

“Qué buen nombre para ser alcalde de Cartagena… es una grata coincidencia. Entiendo que hay muchos Cartagena aquí en la zona… así que me parece bien”, apunta.

Con cálculo o no, recalca la presencia de Ramón Cartagena Ross -Consejero Regional de RN y abanderado de la centroderecha para los comicios municipales de octubre próximo- desatando los aplausos de un conveniente grupo de partidarias del empresario local.

Falta de ortografía incluida, a metros del lugar se advierte un gran lienzo ubicado a metros de la primera terraza: "Gracias Presidente. Usted si cumple".

Mientras se reanuda una caminata hasta la segunda terraza, Zamorano Arratia reaparece en escena y discute con un periodista que no quiso fotografiarse con René Mira Astete -Presidente de RN Comunal San Antonio- hijo de René Mira Donoso -Presidente Distrital de la colectividad- y precandidato a concejal por la capital provincial.

¡Córtala, déjate! Le indica el también miembro de la Coordinación Provincial de Salud.

El ministro se detiene. Alertado por una vecina ha reparado en un local comercial que presenta fallas en su base estructural. Le pide a una de sus asistentes que recoja los datos y que solucione el problema.

Dedica varios minutos a conversar con un adolescente que quiere compartir sus ganas de estudiar periodismo.

“Qué bueno que te guste y que estés ya en eso. Primero se parte por lo que estás haciendo y después te veremos como un líder del periodismo”, agrega.
Marca registrada
En el punto de prensa, palabras firmes y ajustadas a un estricto libreto donde las incertidumbres son revertidas con compromisos de mediano y largo plazo o amparadas en la gestión compartida con el aparataje gubernamental.

Para no haber nacido en la política tradicional, es un buen aprendiz.

Más fotos. Esta vez con los -de seguro- ya presentados políticos en competencia.

Un forzado Mira Astete alcanza a colocarse en la foto. Atrapa las miradas de quienes estaban para la toma original. Esa con el pulgar arriba y abrazados a la superestrella.

Fuera de foco y con hábil sigilo, los concejales Germán Mayo Correa (Santo Domingo, UDI)y Osvaldo Román Arellano (El Tabo, UDI) se invisibilizan cada ciertos minutos; replican el método los "dueños de casa" Jorge Castro Retamal (RN) y Jaime Arriola Cortez (RN).

Rossana Rojas Aceituno (Independiente/PRSD) intercepta coléricamente a un periodista y corresponsal de Canal 13 que se cruza a segundos de haberse zafado de una lugareña que encarga "le de saludos a la Tonka (Tomicic)".

Rojas Aceituno pide que la entrevisten. Tras exponer por largos minutos pregunta insistentemente "¿cuándo sale esto?".

Contrario al bypasseo empleado por la mayoría de sus pares, el ministro busca a un grupo de damnificados del 27F que han estado levantando pancartas pacíficamente.

Desean plantearle algunas demandas que creen podrían tener futuro con la anuencia de Golborne.

Tras varios minutos, el “fenómeno” se retira.

Algunos buscan su apretón de manos o un abrazo por segunda o tercera vez. El ministro se percata de varios casos y sólo carcajea mientras su equipo reparte tarjetas para que los interesados se vean en internet o descarguen las fotos desde un website.

Tres encargadas del aseo del lugar se han mantenido al margen de la batahola. Y es el propio Golborne quien fractura el cuadro yendo a ellas y saludándolas. Dialoga. Tema no le falta.

El Honda gris lo espera, ésta vez en la salida sur del paseo cartagenino.

Se despide de cada carabinero que ha garantizado su seguridad.

“Gracias” es lo que más repite. Siempre sonriente.

Sendos abrazos generosos con los jefes comunal y provincial marcan el fin del hito. Ambos han sido -probablemente- los que con mayor humildad y sobriedad han reaccionado con la presencia de Golborne.

Actitud impermeable para terceros.

Si ayudó la chaqueta roja, los jeans azul oscuro al tono de sus zapatos perfectamente lustrados o el gusto de cumplir con la tarea encomendada continuará siendo parte de la mitología.

“Se siente, se siente, Golborne Presidente” gritan un fanatizado grupo de mujeres.

“No me haga eso, mire que me mete en problemas” es lo último que declara Golborne antes de retirarse.

Habiendo tuteado a nadie.

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